Sonreír y sonreír... siempre es mejor sonreír

Todo el mundo –o por lo menos la mayoría de las personas- responden bien a una sonrisa, te abre las puertas y te ayuda a tener no solo mejor disposición de la persona que tienes en frente, sino también a tener mejor imagen.

No importa que tu ropa esté impecable, que hayas decidido seleccionar las piezas perfectas para tu tipo de cuerpo y que el código de vestimenta se haya cumplido a cabalidad, si tu comunicación no verbal es mala todo será mucho más complicado.

Es una realidad que la primera impresión cuenta… y mucho, y que si logras un buen resultado a primera vista definitivamente tienes un terreno ganado, pero la comunicación no verbal también es importante, sobre todo luego de los primeros 5 minutos. Esto es así en una entrevista de trabajo, en una cita y hasta en la carnicería donde el señor que te atiende habla alemán y tu no.

Yo no siempre estoy feliz, no es posible estar siempre feliz. Pero yo siempre sonrío y el que me conoce lo sabe. Tengo un año sobreviviendo a punta de sonrisas. Recuerdo que alguna vez tuve una jefa que me criticaba porque yo siempre estaba sonriendo; recuerdo que hasta me llegó a decir que mis sonrisas podían ser mal interpretadas por mis compañeros de trabajo. Luego de mucha agua correr renuncié, básicamente porque yo no quería dejar de sonreír.

Ahora mi sonrisa es mi aliada cuando tengo un problema y estoy sola en la mitad de la calle. Mi sonrisa me hace confiable y la gente se acerca a ayudarme aunque sea con señas. Mi sonrisa es mi clave cuando el autobús se daña y no entiendo que dice el parlante, ahí alguien me ve con cara de susto pero sonriendo y se acerca a tratar de ver como pueden darme una mano.

Mi consejo principal: Sonríe siempre.

Sonríe… sonríe… sonríe y podrás salir airosa demuchas situaciones. Te lo aseguro, tengo toda la vida de experiencia y un año de intensivo.